En un mundo tan competitivo nos encontramos debajo del terror de convertirnos en alguien que no sea valioso para la sociedad, que no pueda pagar sus cuentas, o que no llegue a ser "feliz". Todas estas preocupaciones se pueden mostrar en el modo en que nos han educado, puesto que nos hacen creer que solo existe una manera de llegar al éxito, nos enseñan que no debemos de fallar.
El fallar es algo completamente negativo, puesto que no hemos logrado nuestro objetivo, o bueno, ese es el modo tradicional de verlo. Pero que tal si el fallar no es un error, que tal si el fallar es en realidad una aproximación al objetivo, o es la eliminación de una de las posibilidades que no nos llevaran al éxito.
Cuando sientes que todo lo que te rodea es un error debido a que no lo hiciste completamente bien. Esto es lo que a mí me sucede:
-Terminas preocupado todo el tiempo por esas cosas que ya no puedes modificar.
-No puedes concentrarte debido a que sigues creyendo que cometerás un error.
-Decaerá tu humor debido a que te sientes estresado por algo que no puede ser modificado.
Durante esta última semana me había sentido realmente decepcionado con "la vida", me sentía abatido debido a la falta de ánimos, no quería levantarme de mi cama. Por suerte en esa misma semana recordé tres reglas básicas para sentirme cómodo conmigo mismo:
-Darte tiempo para ser quien eres, no puedes obligarte a estar ocupado todo el tiempo.
-Acepta tus errores y regocíjate de la victoria, en algún momento te atacará cualquiera.
-Piensa bien lo que dices y como lo transmites, no hagas difíciles las cosas a tu alrededor.
A mí me funcionaron, espero que a alguien más también.
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